Ante tanto rumor sobre el Samsung Galaxy S7 y sus posibles variantes, es interesante recordar en qué consistió la política de producto de Samsung el año pasado, comparando dos de sus grandes buques insignias de 2015, el Samsung Galaxy S6 Edge y el Samsung Galaxy S6. El Samsung Galaxy S6 Edge fue toda una sorpresa a principios de año cuando llegó junto con el Galaxy S6, en pleno abril. El primero tenía el mismo que el original, pero con un diseño más interesante a ambos lados de la pantalla y con algunas características de lujo que le hacían destacar.
Es importante decir que en muchos términos se trata del mismo smartphone, con prácticamente las mismas especificaciones, por lo que nos centraremos, sobre todo, en las diferencias más que en las similitudes que tengan en común.
Diseño
En términos de diseño, se trata del cambio más importante, si bien es cierto que ambos dispositivos cuentan con un tipo de diseño muy similar, aparte del más que evidente cambio en la pantalla, mucho más grande y atractiva en el caso del Galaxy S6 Edge. Si has visto el Galaxy S6 Edge anteriormente, ya sabes a qué nos estamos refiriendo, porque además el nombre ya lo indica. Ambos smartphones están hechos con vidrio y aluminio. Por su parte, el Samsung Galaxy S6 conserva la misma calidad de construcción.
Los botones están situados de manera similar en el lateral, y tienen un botón de inicio con un escáner integrado de huellas digitales para mayor seguridad. Al igual que en el original, en el S6 Edge tenemos un puerto de 3,5 mm para auriculares, micro-USB y para altavoces en la parte inferior. Por supuesto, el aspecto más importante del diseño es el cristal y la pantalla que se curvan en los bordes del S6 Edge, hasta llegar a las partes metálicas del teléfono.
Este cambio en el diseño no distorsiona ni empeora el trato al tacto, ni para hacer fotos, vídeos, ver páginas web o jugar en el teléfono. Es más bien un cambio estético y diferenciador que permite ver un poco más de tu pantalla. De alguna manera, Samsung se las ha arreglado para hacer que todo parezca normal. En realidad, deslizar el dedo a través de la pantalla así resulta más fácil, ya que no sientes que haya un final ni te frena el propio borde del dispositivo.
Pantalla
Como hemos mencionado anteriormente, ambos dispositivos son exactamente iguales, excepto por pequeñas grandes diferencias. La pantalla no es una de ellas. Ambos teléfonos El incorporan una pantalla táctil de 5,10 pulgadas con una resolución de 1440 x 2560 píxeles a una densidad de píxeles de 577 píxeles por pulgada. Además, cuentan con la tecnología de pantalla de Samsung Super AMOLED que se traduce en una calidad de imagen realmente superior, con colores extremadamente precisos y vívidos, una fuente de brillo y saturación. De hecho, es tan brillante que te acostumbrarás a ajustarlo a un nivel más bajo, y aun así de gran calidad.
Cámara
El sensor de las cámaras combina un módulo trasero CMOS de 16 megapíxeles a 1/2,6 pulgadas y con una apertura f/1.9 muy rápida, e incluyen estabilización óptica de imagen. A su derecha se encuentra el flash LED y el monitor de ritmo cardíaco. Tanto el Galaxy S6 como el S6 Edge soportan control manual de la velocidad de obturación en aplicaciones de terceros, como la Cámara FV-5. Por otra parte, ambos smartphones disponen de una cámara frontal de 5 megapíxeles y una excelente calidad de imagen, tanto para grabación de vídeo como para fotos. Se trata de una de las mejores cámaras del mercado, tanto la trasera como la frontal, pero especialmente la trasera.
Software/Hardware
El Samsung Galaxy S6 Edge es impulsado por el procesador de ocho núcleos Samsung Exynos 7420 de 64 bits, que funciona a una velocidad de reloj de 1.5GHz y viene con 3 GB de RAM. Incorpora 32 GB de almacenamiento interno y no se puede amplar. El Samsung Galaxy S6 es impulsado por las mismas especificaciones. Por supuesto, ambos cuentan con la misma versión del sistema operativo Android, y también con la misma versión de su capa de personalización TouchWiz, así como sus diversas actualizaciones simultáneas.
Autonomía
La batería pertenece, aquí, a ese grupo de especificaciones que podríamos denominar como de gama alta, junto al procesador de 64 bits comentado anteriormente. No por la cantidad de mAh, sino por la efectividad de sus (aparentes) limitaciones. Aquí ambos smartphones difieren, aunque no demasiado. El Galaxy S6 Edge cuenta con una batería de 2600 mAh, mientras que el Galaxy S6 incorpora una batería de 2550 mAh. En ambos casos, se trata de una batería no extraíble y que permite carga inalámbrica y un modo de carga rápida que proporciona 4 horas de uso normal en tan sólo diez minutos de tiempo de carga.