Nokia 150, el teléfono básico de la compañía finlandesa, ya se puede comprar en el continente europeo. El gran símbolo de la telefonía (en sus mejores años) va a presentar un anti-smartphone hecho de plástico. Se basa enteramente en la robustez de su diseño, en la duración extrema de la batería, y en las teclas físicas. Saldrá a la venta por 39,99 € en las tiendas (aunque online se puede comprar más caro o barato en función de los gastos de envío).
El nuevo Nokia 150 será distribuido también en versión dual SIM, y cuenta con un diseño decididamente retro que contrasta con la alta tecnología del último iPhone o del Galaxy S7. No sólo está hecho de plástico; también está equipado con una pantalla no táctil de 2,4 pulgadas QVGA, no ofrece conectividad LTE, Wi-Fi ni aplicaciones, debido a que el nuevo teléfono de bajo coste de Nokia permitirá a los usuarios hacer y recibir llamadas, enviar y recibir mensajes de texto y poco más. La red sobre la cual trabaja, de hecho, es la olvidada GSM a 900 y 1800 MHz, que todavía te permitirá realizar llamadas en cualquier lugar sin la preocupación de tener más o menos red para la conexión de datos.
Y luego está la batería. 31 días de autonomía en stand-by, 22 horas de tiempo de conversación continua, y todo ello en una batería de sólo 1.020 mAh, alrededor de un tercio de la potencia ofrecida por los smartphones actuales. El objetivo es claro: conquistar al usuario nostálgico ofreciendo esencialmente la disponibilidad a un precio muy bajo y asegurando una larga duración, con una batería de amplia autonomía que hace olvidar la preocupación de miles de propietarios de smartphones en todo el mundo.
El Nokia 150 es, sin duda, un verdadero anti-smartphone en todos los sentidos, y esto también se desprende de su autonomía. Un sueño para los smartphones actuales, cada vez más poderosos y, sin embargo, cada vez menos duraderos. Por último, cabe recordar que incorpora una pequeña cámara VGA en la parte trasera con flash LED ,que se puede utilizar para hacer fotos, aunque a un nivel testimonial, en realidad.