Con los nuevos smartphones de Lenovo, el Moto Z y el Moto Z Force, el fabricante chino ha dado a conocer un nuevo tipo de smartphone modular, cuya capacidad se puede ampliar a través de los llamados Moto Mods. La disponibilidad para hacerse con alguno de los dos ha sido anunciada para septiembre, pero con motivo de su presentación Lenovo no ha publicado ninguna información adicional sobre el posible precio de venta.
Sin duda, el éxito de esta particular solución denominada Moto Mods dependerá de su precio y, de acuerdo con las noticias publicadas por Verizon en su sitio web, estas cifras son, por ahora, poco realistas. Los mismos teléfonos, según algunos rumores procedentes de China, no serían especialmente baratos, sobre todo el modelo de gama más alta de los dos.
De hecho, cabe pensar que el Lenovo Moto Z no bajaría de los 2998 yuanes, equivalentes a unos 405 euros al cambio actual, mientras que el Moto Z Force podría llegar a 5299 yuanes, alrededor de 714 euros. Este precio parece muy exagerado, ya que las diferencias en comparación con la versión estándar, cuyo precio está en línea con las ofertas de la competencia, no parecen justificar una diferencia tan grande. Sin embargo, esto es una especulación que podría ser refutada, ya que muchos usuarios estarán deseando poder comprar este smartphone en su país, sin ser este China ni EE.UU. (países confirmados por el momento).
En cuanto a características del Moto Z, cuenta con una carcasa repelente al agua que protege el dispositivo más delgado jamás producido por Motorola (el espesor es de sólo 5,2 mm) y está hecho de aluminio y acero inoxidable utilizado por la industria aeronáutica militar. La pantalla es de 5,5 pulgadas con tecnología AMOLED y resolución QuadHD. Con respecto al procesador, es un Qualcomm Snapdragon 820 que junto con 4 GB de memoria RAM asegura una óptima potencia de cálculo. La memoria interna es de 32 (ó 64 GB para el hermano mayor), que se puede ampliar mediante microSD hasta los 2 TB. La curiosa decisión de eliminar el conector de audio común y la salida de sonido a través del puerto USB-C parece un paso más hacia el abandono de las conexiones con cables en favor del Bluetooth y otras formas similares a esta.
Incluso la cámara integrada no es mala. Dispone de 13 megapíxeles (21 para la versión Force) que, junto con estabilizador óptico de imagen, asegura unas fotos bien definidas y muy nítidas incluso en difíciles condiciones de iluminación. En este caso, el enfoque automático láser es posible que marque las diferencias con respecto a sus rivales. Y es aún mejor para la versión Force, que incorpora enfoque automático de detección de fase (PDAF). La cámara frontal incorpora flash, 5 megapíxeles y tiene unas lentes de gran angular. Con el Moto Z seguimos manteniendo un sistema de reconocimiento de huellas dactilares mediante el cual se puede desbloquear el teléfono con el simple paso de un dedo. Incluso la autonomía es buena. En modo de espera el teléfono puede permanecer despierto durante un máximo de 30 horas (40 en reposo) y, gracias a la carga rápida, con sólo una conexión de 15 minutos a la red eléctrica, el dispositivo es capaz de acumular energía suficiente para permanecer encendido 8 horas.
En cualquier caso, parece que la modularidad podría tener un alto coste, y hay quien dice que no todo el mundo está dispuesto a pagarlo, especialmente si los números mostrados son los finales.